Té Matcha

Cómo hacer Té Matcha Fácil Sin Grumos

Primero ponemos el agua a hervir. Dejamos que hierba por un minuto y lo retiramos de fuego.

Aparte, en un cuenco redondo (de los que se utilizan para los cereales) ponemos 2 g de Polvo de té matcha. Añadimos una cucharadita de miel y 3 ó 4 gotas del agua caliente. Mezclamos bien hasta obtener una pasta. Si eres sensible a la teína pon solo 1 g de té por ración. A continuación, echamos otra cucharadita de agua y así hasta cuatro cucharaditas. Hemos obtenido una pasta más liquida y el té ya está infusionado.

A partir de aquí echamos el liquido que más nos guste y a la temperatura que nos parezca más adecuada. Yo voy a echar unos 80 ml de leche calentita porque estamos en invierno. En verano la echo fría. Si te gusta la espumita, puedes obtenerla fácilmente volviendo a echar el té en la botella y agitándola un poco. Este truco lo aprendí gracias a Belén del canal Tiramisú de limón. Ella prepara una versión muy interesante, os dejo el enlace a su vídeo en la descripción. Si lo prefieres sin espuma, puedes omitir este paso. Volvemos a echar el té en la taza y a disfrutar.

Datos a tener en cuenta:
Evitar usar agua demasiado caliente. El agua para preparar el té matcha debe estar alrededor de 80ºC (entre 70 y 85ºC). Si sobrepasas esta temperatura, promoverás la aparición de sabores amargos en tu té, así que te animo que sigas mis consejos y apartes la cacerola del fuego cuando echas el té. Al echarlo con la cucharita, la temperatura del agua cuando entra en contacto con el polvo de té es la adecuada.

Para obtener un té más ligero (llamado té matcha usucha) necesitarás tan solo 2 g de polvo de matcha por 80 ml de agua ((1 g si eres sensible a la teína), mientras que si deseas un té más denso y concentrado (matcha koicha), puedes aumentar la cantidad hasta 4 g por 80 ml. Por lo general, para beber un matcha en casa, se suele optar por la versión más ligera, pero eso depende de tu paladar. En mi caso particular, al ser sensible a la teína solo uso 1 g de té por ración.

Calienta el cuenco. Los japoneses son muy minuciosos. Aconsejan calentar previamente el cuenco y el chasen (batidor de bambú). Para ello, vierte un poco de agua caliente en un segundo cuenco y mete el chasen en ella unos instantes. Vacía el cuenco y sécalo cuidadosamente.

La famosa ceremonia del té sigue unos movimientos determinados, acompasados para lograr una especie de coreografía. Cada paso está perfectamente pautado.

Primero, se tamiza el té pero, en lugar de colocar el polvo de té directamente en el cuenco, se coloca en el chaki.

Posteriormente, se quita cualquier rastro de polvo de cada uno de los utensilios con un paño. Luego, se sirve el té en el cuenco con la cuchara de bambú y el agua caliente con ayuda de la cuchara para agua, para luego batir enérgicamente con el chasen hasta diluir cualquier posible grumo, siempre con cuidado de no manchar los bordes del cuenco.

El té se presenta al primer invitado con el dibujo del cuenco mirándole. Será esta persona quien le dé un medio giro, antes de dar el primer sorbo, tras pronunciar un agradecimiento y una disculpa por beber el té en primer lugar. Merece la pena destacar que el dibujo del cuenco no debe ser manchado, por este motivo siempre debe mirar hacia afuera cuando bebemos.

Una vez el primer invitado haya terminado de degustar el té, acercará el cuenco con el dibujo mirando a la persona que sirve, quien lo cogerá y lo limpiará con ayuda de un poco de agua caliente y el paño blanco. Para servir al segundo invitado, se repite el mismo procedimiento. Sí, como lees, en la ceremonia del té todos beben del mismo cuenco.

Como no estamos habituados a las ceremonias del té, ni tenemos tiempo ni las herramientas adecuadas para ellas, tenia que encontrar una manera de conseguir el té rápido sin grumos. Después de prepararlo de varias maneras, me he quedado con esta ya que me parece la más practica y rápida. ¡Te animo que veas el vídeo para ver lo fácil y rápido que se prepara!