Mermelada de Naranja

Receta muy fácil y natural

Vamos a preparar la mermelada con 8 naranjas, pero solo vamos a utilizar la cáscara de 4, mientras utilizaremos la pulpa de todas ellas. Para una mermelada de cítricos de buena calidad, utilizaremos como mínimo el doble de cantidad de pulpa de la fruta que de la piel.
En un principio solo nos ocuparemos de las cáscaras, que vamos a tener que procesar para sacar el amargor que se encuentra en la parte blanca. Vamos a ver el paso a paso, pero hay que tener en cuenta que la mermelada propiamente dicha se hace al día siguiente, así que reservamos por ahora las otras 4 naranjas.

Lavamos bien las naranjas a las que vamos a utilizar la piel. Ante la posibilidad de que hayan sido tratadas con productos químicos, es conveniente frotarlas con sal, y/o con bicarbonato de sodio tal como os muestro en el video. Estos dos productos son abrasivos y pueden eliminar gran parte de estas sustancias tóxicas. Luego las aclaramos bien bajo un chorro de agua fría.

A continuación las pelamos tal como os muestro. La naranja pelada la guardamos en una bolsa. Cortamos las cáscaras en trocitos pequeños y las echamos en una cacerola.
Cuando tenemos todas las naranjas peladas, conservamos las pulpas en el frigorífico hasta el día siguiente.

Cubrimos con agua las cáscaras y las llevamos al fuego. Una vez que empiezan a hervir, cocinamos 5 minutos. Pasado este tiempo, tiramos el agua y volvemos a repetir el mismo proceso 3 veces en total. Volvemos a echar las cáscaras cortadas en la cacerola, ponemos agua limpia, llevamos la cacerola al fuego, dejamos cocinar 5 minutos y luego tiramos el agua. La última vez, retiramos del fuego, ponemos la tapa y dejamos que repose en ese mismo agua durante toda la noche.

Al día siguiente, escurrimos el agua y procedemos a hacer la mermelada.
Cortamos en trocitos las pulpas de 8 naranjas incluidas las cuatro que teníamos reservadas en la nevera. Puedes incluso utilizar la pulpa de 10 o 12 naranjas pero no menos de 8. A continuación las echamos en la cacerola donde vamos a preparar la mermelada junto con las cáscaras. Y ahora es el momento de pesar los ingredientes y en función del peso que tienen las cáscaras más las pulpas, vamos a calcular la cantidad de azúcar que vamos a tener que agregar teniendo en cuenta la proporción de 500 g de azúcar por cada kilo de fruta.

Ponemos la cacerola al fuego a temperatura media alta. Una vez que comience a hervir vamos a dejar que cocine durante 50 - 60 minutos a temperatura baja. Los primeros 30 minutos de cocción no es necesario remover mucho.

Si tenemos intención de conservar la mermelada durante varios meses, vamos a necesitar unos tarros de cristal con cierre hermético que vamos a tener que esterilizar.  
Para esterilizarlos ponemos en unos paños de cocina en la base de una olla, metemos los tarros y ponemos agua abundante. Llevamos la olla al fuego y cuando comience a hervir los dejamos hirviendo un par de minutos. Justo unos segundos antes de retirar del fuego, metemos las tapaderas también. Después apagamos el fuego y los retiramos del agua y los secamos con un paño de cocina limpio (las tapaderas también). Una vez secos los dejamos boca arriba en el mismo agua para que se mantengan calientes hasta que los vayamos a utilizar. De esta manera, cuando echamos la mermelada, los tarros no se van a romper por cambios bruscos de temperatura.

La mermelada lleva hirviendo unos 30 minutos, así que a partir de ahora tenemos que remover más a menudo y estar más pendientes. Cuando hayan pasado los 50 a 60 minutos hacemos la prueba para saber si ya está lista.
Cogemos una cucharada de mermelada, la ponemos en un plato esperamos unos segundos y con el dedo o la cuchara hacemos una raya el centro, si se queda ligeramente separada está en su punto. Si la raya desaparece muy rápido, dejamos que cocine otros 10 minutos. Es conveniente que no quede muy espesa ya que al enfriarse espesa más.

Cuando tenemos la mermelada en el punto que nos gusta, la quitamos del fuego y la echamos en los tarros que tenemos preparados con la ayuda de un cazo o una cuchara.
Los llenamos hasta arriba y seguidamente ponemos la tapa y cerramos. Ponemos los tarros boca abajo y los dejamos así hasta que se enfríen por completo, cuando vamos a poder guardarlos en un lugar fresco.  

Es una mermelada deliciosa, los trocitos de cáscaras están súper tiernos, con un sabor muy agradable para el paladar. Se puede tomar tal cual, untada sobre una rebanada de pan, o se puede utilizar en bizcochos y bollos dulces. Combina muy bien con el queso y el solomillo con mermelada de naranja es un verdadero manjar.  
¡Os la recomiendo está riquísima y es muy fácil de hacer!
En la receta anterior hemos preparado una mermelada de naranja con una textura diferente, con consistencia muy fina y casi transparente donde resaltan las pieles de naranja, y hemos utilizado el zumo de naranja en vez de la pulpa entera.

Y con esto me despido con mucho cariño deseando que os guste la receta y que la probéis! Hasta la próxima!