Cebolla Caramelizada

Pelamos y cortamos las cebollas en juliana.
Ponemos una sartén a fuego medio tirando para alto. Echamos unos 30 ml aceite de oliva, y cuando ha cogido temperatura echamos la cebolla. Removemos y sofreímos un par de minutos y añadimos las dos cucharadas de azúcar, la sal y la pimienta. (la pimienta es opcional, si no te gusta, no la pongas. A mí me gusta el contraste picante con el dulzor de la cebolla).

Sofreímos sin poner la tapa, unos 5 minutos removiendo de vez en cuando. Pasado este tiempo agregamos el vino blanco y continuamos cocinando, y removiendo.

Pronto se habrá reducido el liquido y podemos observar como el azúcar va cogiendo un color dorado y se va espesando. Cuando observamos esto ya podemos apagar el fuego, porque el azúcar, una vez que ya no hay liquido, no tarda mucho en coger el sabor amargo. De hecho de inmediato lo volcamos al plato, o al recipiente donde queremos guardarlo, porque el mismo calor de la sartén podría quemarlo y lo echaríamos a perder.
Y ya tenemos lista nuestra riquísima cebolla caramelizada, hemos tardado unos 20 minutos como mucho. En este caso nosotros la vamos a tomar con unas jugosas hamburguesas caseras. Te dejo el enlace si quieres ver como las hemos preparado. Esta cebolla caramelizada es un pequeño capricho para enriquecer la carne, va muy bien con el queso, con el brie por ejemplo, es una verdadera delicia o simplemente con una ensalada.

¡Buen provecho!!

He visto recetas que indican 4 cdas de azúcar para cada cebolla. Para mí esto es una barbaridad. Eso seria más bien caramelo encebollado en vez de cebolla caramelizada. Como mucho, si es que prefieres más dulce, en vez de una cucharada, como le he puesto yo, sube a una cucharada y media por cada cebolla.
Luego, el orden en el que agregamos los ingredientes, no es importante. He oído decir que el azúcar hay que agregarlo al final para que se caramelice. El azúcar se va a caramelizar de todas formas en cuanto que se van a evaporar por completo todos los líquidos. El momento de agregar el azúcar, no es relevante así que agrégalo cuando té de la gana que el resultado va a ser el mismo, garantizado.
También he visto recetas que en vez de azúcar blanco utiliza azúcar moreno, que es una opción. En este caso deberías de añadir media cucharada más. Yo personalmente no compro azúcar moreno porque nivel químico y nutricional, las diferencias entre los dos son ínfimas, y no me fío mucho del colorante que utilizan para teñir el azúcar.

La cebolla confitada se cocina con aceite y sal a fuego muy lento. Es muy versátil y se puede utilizar en multitud de platos. La cebolla caramelizada en cambio, se cocina con azúcar y aceite (más o menos unas 1 cucharadas de azúcar por cada cebolla). Además, se le añade vino dulce o vino tinto y agua y se cocina a fuego medio, tirando para alto.